Las hermandades como miembros de la Iglesia han adquirido mascarillas lavables para las familias que acuden al Economato.
La terrible pandemia que estamos sufriendo ha traído varios cambios a nuestra vida cotidiana, que tienen como fin evitar la propagación. Pero estas nuevas costumbres, que con criterio medico se nos imponen a todos, para algunos no son tan fácil de asumir, a lo que se suma la crisis económica que, debido a los meses en estado de alarma, está ya haciendo mella en el día a día de muchas familias.
Entre las nuevas imposiciones está la obligatoriedad de llevar mascarilla en lugares públicos, que como hemos conocido hace poco, será norma esencial incluso cuando se acabe el estado de alarma.
Esto supone un gasto más para las familias dentro de los gastos cotidianos, y hay familias como las que ahora mismo acuden al Economato Diocesano, que sumar un nuevo gasto al mes que, aunque sea pequeño es una gran barrera difícil de salvar, aunque suponga poner en peligro la salud.
Las hermandades como miembros de la Iglesia, conscientes de su obligación de ayuda al prójimo, gracias a la coordinación de sus Vocales de Caridad y conociendo la realidad de estas familias ya que participan activamente en el Economato desde su fundación, han adquirido mascarillas lavables para cubrir la necesidad de todos los miembros de las familias que en la actualidad acuden al Economato. En esta compra ha participado también la Real Federación de Cofradías a través de su Junta de Gobierno.
Estas mascarillas serán distribuidas por voluntarios de las propias hermandades en los días que las familias acudan a realizar su compra, recibiendo dos mascarillas cada miembro de la familia.
Aránzazu Martín Romero
Voluntaria del Economato Diocesano Santa María de la Misericordia por la Hermandad del Santísimo Cristo de San Agustín